VIDA, MUERTE Y REENCARNACION
¿Qué pasa cuándo una persona muere? ¿Hay algo después de la vida? ¿Hay una vida previa antes de nuestra existencia en este cuerpo? Éstas son preguntas que inevitablemente vienen a nosotros cuando comenzamos a buscar por una comprensión de nuestro lugar en el universo. La filosofía de Ananda Marga contesta a estas preguntas sistemáticamente. Sin embargo, a fin de entender la respuesta a estas preguntas, es necesario entender la ley de la acción y la reacción.
En el campo físico hay una ley bien conocida: a cada acción le corresponde una reacción igual pero en sentido contrario. En la esfera mental funciona una ley similar. Por ejemplo, si el Sr. A golpea al Sr. B, quizás el Sr. B responderá inmediatamente golpeando al Sr. A con una fuerza igual que la del primer golpe. En este caso la acción fue seguida de una reacción inmediata causando que el Sr. A sufra un dolor igual que el que infligió al Sr. B.
Si tuviéramos que dibujar un diagrama representando la mente del Sr. A durante el proceso de golpear y la venganza del Sr. B sería como sigue:
El punto X es el estado original de la mente del Sr. A antes de la acción de golpear al Sr. B. El punto Y representa la deformación de la parte plástica de su mente (citta). Cada vez que hay cualquier clase de acción, buena o mala, hay una deformación del citta. El punto Z representa el momento cuando la mente del Sr. A vuelve al estado original. En este caso esto ocurre tan pronto como el Sr. B le regresa el golpe.
Siempre que hacemos una acción nuestra mente se deforma, y cuando experimentamos la reacción nuestra mente vuelve al estado original y sentimos placer o dolor según la naturaleza de la acción original. Muchas veces el proceso de acción y reacción trabaja así. Hay una acción e inmediatamente después de ello la persona experimenta la reacción. Si no ha habido ningún cambio de tiempo, lugar y persona, la reacción será igual en fuerza a la acción original.
Sin embargo, hay otra posibilidad. Supongamos que el Sr. A golpea al Sr. B pero la reacción se retrasa. El Sr. B no responde con ningún golpe. Cinco años más tarde, sin embargo, el Sr. A camina solitariamente por las calles de una extraña ciudad y un hombre desconocido aparece y golpea al Sr. A muchas veces. Ésta es una reacción que fue retrasada y es experimentada con una intensidad que excede a la de la acción original. Esta deformación de la mente que permanece latente durante algún tiempo se conoce como samskara en la filosofía de Ananda Marga. Un samskara representa una reacción en forma potencial. En forma de diagrama se presenta como sigue:
La línea EF representa la acción original y la línea FG representa la reacción potencial (samskara) que se puede experimentar en cualquier momento. Así, los accidentes aparentes son simplemente reacciones a acciones pasadas. A veces parecen no tener causa, pero es sólo porque hemos olvidado la acción original. La reacción será más fuerte que la acción original si hay un lapso de tiempo entre los dos acontecimientos y si hay un cambio de lugar o persona, justo como un depósito bancario que adquirirá intereses si se deja en el banco por muchos años. Esta ley de acción y reacción se conoce popularmente como la ley del karma. Las reacciones en forma potencial se conocen como samskaras o impresiones en la mente.
Volviendo a la pregunta original sobre la vida, la muerte y la posibilidad de renacer, nos encontramos en una mejor posición para entender lo que pasa en el momento de la muerte. Según la ley de acción y reacción debemos experimentar el resultado de cada acción, y cada día ciertamente experimentamos placer y dolor mientras las diferentes impresiones de la mente causadas por acciones previas maduran y se expresan. Si uno fuera a morir en un momento cuando todos los ímpetus reactivos anteriores (samskaras) han sido agotados y no se ha creado ningún nuevo samskara, la mente entraría en un estado puro y se fusionaría con la Conciencia Cósmica. Este estado de fusión permanente se conoce en Sánscrito como Moksha.
En realidad, sin embargo, es muy difícil agotar todos los samskaras y no crear nuevos en el proceso. Siempre que realizamos una acción con el pensamiento, “yo estoy haciendo esta acción”, se crea una impresión en la mente. Así que en la mayoría de los casos cuando una persona muere, todavía tiene muchas reacciones en forma potencial que aún se tienen que experimentar. Su mente está representada por el diagrama siguiente:
¿Qué pasará en tal caso? Se deben experimentar las reacciones, pero ya no hay un cuerpo físico. Entonces otro cuerpo será necesario y la mente deberá volver a nacer.
Para entender el proceso de renacimiento es necesario entender lo que es la vida. Según la filosofía de Ananda Marga, la vida es un paralelismo entre mente y cuerpo. Hay una longitud de onda particular asociada con el cuerpo, y hay una longitud de onda particular asociada con la mente. Como en la física moderna, los yoguis han dicho que este universo entero está vibrando y que las vibraciones son de longitudes de onda variables. Hay una longitud de onda particular asociada con nuestro cuerpo y hay una longitud de onda particular asociada con nuestra mente. Cuando estas longitudes de onda son paralelas tenemos la vida. Sin embargo, si algo pasa al cuerpo físico como un accidente o enfermedad, la longitud de onda física puede cambiar y el paralelismo puede perderse. En este caso tenemos lo que se conoce como la causa física de muerte.
De manera similar el cuerpo puede funcionar correctamente, pero si hay un choque severo en la mente, la onda mental puede cambiar y el paralelismo se pierde. Esto se conoce como la causa psíquica de muerte. Un ejemplo de ésta es una persona que muere debido a haber experimentado algo muy aterrador.
Otro ejemplo ocurre cuando los animales viven con la gente. Un perro que vive con una familia humana está constantemente en contacto con las mentes humanas más desarrolladas. El perro que vive, come y hasta viaja con la familia humana comienza a someterse a una expansión mental. Su mente se hace gradualmente cada vez más parecida a la humana. Si la expansión continúa, puede llevar eventualmente a la muerte debido a una pérdida de paralelismo entre la longitud de onda mental y la física. En este caso la longitud de onda mental se ha cambiado debido al contacto con seres humanos y requerirá por consiguiente un cuerpo más sutil con el cual pueda encontrar paralelismo. Éste será probablemente el de un cuerpo humano.
Hay otra posibilidad, que se conoce como la causa espiritual de muerte. En practicantes espirituales muy desarrollados la mente será absorbida en la conciencia cósmica, que tiene una vibración de longitud de onda infinita representada como una línea recta. Si la mente alcanza el paralelismo prolongado con la entidad cósmica, la persona perderá el paralelismo con el cuerpo físico. En este caso la persona “deja” su cuerpo y alcanza el estado de Moksha. Esto no es una muerte en el sentido de aniquilación, sino de fusión en un estado de infinita beatitud.
Hay un elemento más que debemos examinar antes de que podamos entender totalmente el proceso de la vida, la muerte y el renacimiento. En cada criatura no hay sólo un cuerpo físico y una mente, sino también un “Atman” o unidad de conciencia atestiguadora. Esta conciencia atestiguadora es el testigo final de la mente y es la fuente del sentimiento de “yo” en la declaración “yo sé que existo”. En un capítulo anterior se ha hablado de las tres partes funcionales de la mente: citta (yo he hecho), Aham (yo hago) y Mahat (yo existo). El “yo” que verifica la existencia de estas tres partes funcionales de la mente se conoce como Atman. Ésta es la unidad imperecedera de la conciencia y es la clave para develar el misterio de la vida, la muerte y el renacimiento.
Cuando una persona muere, la energía vital del cuerpo (prana) entra en un estado de desequilibrio y deja el cuerpo. Con la pérdida de las energías vitales, el cuerpo físico deja de funcionar. La persona que antes vivía pierde todo el sentido de placer, dolor y autoconsciencia. Aunque la mente entra en un “largo sueño” en el momento de la muerte, ella no ha fallecido como el cuerpo físico. Los samskaras – los ímpetus reactivos de la mente – existen y son registrados en la mente causal. El Atman permanece como el testigo de esta mente inactiva.
Según el tipo de samskaras, la mente inactiva tiene una longitud de onda particular y en cualquier parte del universo donde haya un cuerpo físico apropiado que tenga una longitud de onda paralela a la de esta mente, la mente renacerá en este nuevo cuerpo. El ser vivo tendrá entonces la posibilidad de experimentar las reacciones potenciales adquiridas en vidas pasadas.
¿Cuánto durará este período interino? Puede ser muy corto o puede ser de miles de años. Lo importante es que debe haber un cuerpo apropiado en algún sitio del cosmos que concuerde con la vibración de esta mente incorpórea inactiva y con el alma. En el budismo Tibetano, tan pronto como el líder espiritual (Lama) muere, sus discípulos buscan su reencarnación en la forma de un bebé recién nacido. Un sucesor conveniente es escogido entre aquellos niñitos que parecen tener los mismos samskaras que el antiguo Lama. Se hace una prueba en la que artículos diferentes, algunos de los cuales pertenecieron al Lama, se colocan delante de los niños. Si el niño puede identificar estos artículos, esto es una indicación de que él puede ser la encarnación.
Otra pregunta comúnmente hecha en cuanto a la reencarnación es si uno puede recordar sus vidas pasadas. Hasta la edad de cuatro años una persona aun tiene la memoria extra-cerebral que incluye la memoria de las vidas pasadas. Sin embargo, si esta memoria persistiera después de la edad de cuatro años, entonces una doble personalidad se desarrollaría y la persona moriría. De esta forma, la naturaleza protege a la gente al no permitir este desarrollo de personalidades múltiples en un solo cuerpo.
Aunque pueda ser fascinante indagar en nuestras vidas pasadas, no hay por lo general ningún valor psicológico o espiritual particular en hacer eso. Más bien, es generalmente aconsejable para aspirantes espirituales olvidar sus actos pasados (sobre todo los malos) y comenzar una vida de una manera nueva, concentrándose en el presente y mirando adelante hacia un futuro más glorioso. A veces, sin embargo, en casos especiales un gran maestro espiritual puede “mostrar” a un discípulo su vida pasada a fin de enseñarle alguna lección.
Shrii Shrii Anandamurti describe el estado de muerte como “el largo sueño de la mente causal” y enfatiza que no hay ningún sentimiento de placer y dolor en esta condición debido a la pérdida de los órganos y nervios. Él también explica que estas mentes “incorpóreas” no tienen órganos motores y no pueden dañar a los seres humanos.
En cuanto al cielo e infierno, el cielo es cuando experimentamos en esta vida los resultados de las acciones buenas pasadas y el infierno es cuando experimentamos los resultados de acciones malas pasadas. Los conceptos supersticiosos del sufrimiento eterno han sido promovidos por varias religiones, pero no tienen ningún lugar en la filosofía de Ananda Marga.
El objetivo último de este ciclo de vida y renacimiento es el momento cuando la conciencia individual va más allá de la vida y el renacimiento y se unifica con la Conciencia Cósmica no cualificada.