YAMA Y NIYAMA
Según el Tantra, el significado de la moralidad se halla en la necesidad de mantener un equilibrio entre las características inherentemente contradictorias y opuestas de la mente humana.
El Tantra indica dos aspectos fundamentales de la mente del ser humano. Por una parte existe un egocentrismo profundamente arraigado: nuestra identificación con nuestro ser físico y mental, incluyendo los aspectos primitivos e instintivos de la mente. ▪Por la otra, existe un reflejo poderoso de Conciencia en el aspecto sutil y más evolucionado de la mente, que se manifiesta con una sed por el conocimiento espiritual; una sed que no puede ser satisfecha por las esferas físicas y mentales del placer.
El enfrentamiento de estas dos características hacen de la moralidad un imperativo; primero, porque los seres humanos tratan erróneamente de satisfacer sus anhelos espirituales ilimitados con medios físicos y mentales limitados; y segundo, porque nos sentimos fuera de armonía con nuestra propia naturaleza cuando hacemos cosas que se oponen al flujo natural o evolutivo de la Conciencia.
La moralidad media entre nuestras potencialmente contradictorias tendencias mentales, no ignorando un aspecto por el otro, sino regulando la conducta a fin de garantizar una armonía mental y social, y a su vez, proporcionando un ambiente conducente a la evolución personal y social.
En otras palabras, la moralidad trata de prevenir que los aspectos egocéntricos y más burdos dominen a los aspectos sutiles y magnánimos. Utilizada apropiadamente, la mente instintiva apoya la existencia y evolución de la conciencia. Por ejemplo, el cuerpo físico requiere de instintos tales como el hambre y el sueño para satisfacerse, pero si se convierte en un punto focal la actividad de saciar los instintos, se obtiene por resultado la degeneración de la mente. La constante asociación de la mente con los instintos obstaculiza el desarrollo de las regiones más sutiles de aquella.
Similarmente el ego, desde las etapas primordiales de desarrollo hasta el punto de atracción espiritual, apoya la evolución humana. El ego controlado adecuadamente motiva hacia aspiraciones mayores; pero si se le permite descontrolarse, por ejemplo, en la búsqueda de poder sobre los demás, el ego acentúa los sentimientos de separación que dificultan el crecimiento espiritual.
En una forma positiva, la moralidad trata de proporcionar un ambiente personal y social facilitando el máximo crecimiento de cada individuo.
Así, las acciones morales son aquellas que mantienen una expansión y armonía mentales, mientras que las acciones inmorales son aquellas que producen tensión, estrechez mental y contracción.
En el campo social, la moralidad incluye aquellas acciones que promueven armonía social y cooperación, mientras que la inmoralidad precipita la explotación y la desconfianza que destruyen la trama social e impiden el progreso humano.
Equilibrio mental
A diferencia de los conceptos de relatividad ética, que sostienen que los valores morales son algo puramente arbitrario y culturalmente limitados, según el Tantra, la moralidad, en su sentido verdadero, se basa en la capacidad ▪para mantener un equilibrio mental y ▪para expandir la conciencia. Estos conceptos tienen aplicabilidad universal, pero al mismo tiempo son de aplicación relativa.
La aplicación relativa se torna aparente cuando consideramos que cada persona está en una etapa diferente de desarrollo. Lo que puede ser inspirador para una persona puede no resultarlo para otra; lo que puede ser armonioso para una persona, puede ser degradante para otra. Similarmente, una acción puede ser aceptable en una época de la historia, y en otra no serlo.
La aplicación relativa evita el absolutismo ético que utiliza una serie completa de principios y circunstancias sin excepción. Tales reglas absolutas precipitan la hipocresía, el fanatismo y la deshumanización.
Para aplicar los valores éticos es necesario recordar a cada persona que él o ella está utilizando un mecanismo limitado de análisis intelectual al hacerlo. El proceso intelectual está restringido, primeramente, por la información que se tiene disponible –nadie tiene conocimiento perfecto de los hechos– y segundo, el ego se encuentra inexplicablemente ligado al intelecto, siempre relaciona las cosas con su propia experiencia y según ésta, colorea los juicios que hacemos.
Pero a pesar de las limitaciones del intelecto, los seres humanos deben utilizarlo. Abandonarlo conduce a un mayor desastre que las decisiones erradas que ocasionalmente tomamos.
Para tomar una decisión totalmente imparcial y consciente, una persona debe esperar hasta lograr lo que en Yoga se llama “Viveka” o discriminación perfecta. Viveka es el atributo de un estado de la mente más elevado al que estamos acostumbrados. Una persona que logra este Viveka está por encima de la intelectualidad con respecto a lo que es moral o inmoral. Tal persona sabe intuitivamente el curso más pertinente y benevolente para la acción que debe tomarse.
Hasta ahora hemos considerado la moralidad de una manera muy abstracta. A fin de proveer una guía práctica a la conducta humana, el Yoga define diez principios denominados Yama y Niyama . Se describen de manera tal que pueden aplicarse en situaciones cotidianas y ajustarse a todas las relatividades de tiempo, espacio y persona. No son principios absolutos, pero ofrecen un patrón con el que pueden guiarse las acciones y los pensamientos.
Yama, que literalmente significa “control”, consta de cinco partes relacionadas con la sociedad y el mundo objetivo. Yama acentúa las obligaciones para con los demás, y expresa la idea de que cada ser viviente es parte de la misma Conciencia Infinita; que todas las entidades son parte de la misma familia. Dañar a alguien es esencialmente dañarse a sí mismo.
Niyama, que significa auto-regulación, también tiene cinco partes y se refiere al mantenimiento del equilibrio mental y la armonía personal.
Para el aspirante espiritual, Yama y Niyama son los fundamentos de la meditación.
YAMA
- AHIMSA: No dañar a nadie con la palabra, la acción o el pensamiento.
- SATYA: El empleo del pensamiento y de la palabra, con el espíritu de hacer el bien a nuestros semejantes.
- ASTEYA: No tomar posesión ni física ni mentalmente de aquello que pertenezca a otro, ni privar a los demás de lo que les corresponde.
- BRAHMACARYA: Permanecer apegado a Brahma( la Suprema Conciencia). Tratar todos los objetos y personas como diferentes manifestaciones de Brahma.
- APARIGRAHA: No rodearse de placeres y lujos superfluos para la preservación de la vida.
NIYAMA
- SHAOCA: Limpieza del cuerpo y de la mente. La limpieza de la mente se obtiene por la caridad, el servicio, ser amable con todos los seres vivos y conservar la mente en el flujo espiritual.
- SANTOS’A: Mantener a la mente en un constante estado de equilibrio y contentamiento en todas las circunstancias, sin dejar de esforzarse por desarrollar todas sus potencialidades.
- TAPAH: Sufrir dificultades físicas o mentales para poder brindar servicio desinteresado a la humanidad.
- SVADHYA’YA: Leer y comprender las escrituras espirituales.
- IISHVARAPRANIDHANA:Considerar a la realización espiritual como la meta suprema de la vida, y realizar sinceros esfuerzos para alcanzarla a través de las prácticas espirituales.