El dogma religioso: un peligro para el progreso humano

EL DOGMA RELIGIOSO: UN PELIGRO PARA EL PROGRESO HUMANO

Por Parabhakti

“¿Existe una religión verdadera, el paraíso y el infierno? Analicemos el efecto de estas ideas sobre la psiquis humana”.

Como se ha señalado en el número anterior de “Vistára – Expande tu consciencia”, los dogmas son aquellas creencias o ideas fuertemente arraigadas que guían nuestros actos, muchas veces sin tener una base lógica y racional. Frecuentemente, los dogmas no permiten la expansión en ningún aspecto de nuestra existencia – específicamente en el estrato psico-espiritual – impidiéndonos desarrollarnos y progresar holísticamente.

En este número abordaremos uno de los dogmas más comunes y que más daño ha provocado a la humanidad a lo largo de su historia: el dogma religioso.

Por ejemplo, la creencia de una “única religión verdadera” ha conducido, por miles de años, a enfrentamientos entre grupos que defienden sus respectivas ideologías, dando lugar a la violencia, intolerancia y, por ende, a una división de la sociedad humana; no es casualidad, que muchos conflictos en el mundo se hayan producido en nombre de la religión.

Este mismo concepto crea un sentimiento de “superioridad” en el creyente, al considerarse que pertenece a la “religión verdadera” o a un supuesto “pueblo elegido por Dios”, e incluso se llega a menudo a acusar y discriminar de “infieles” a quienes no forman parte de ella.

religion verdadera

 

Si Dios es el Padre Supremo, entonces todos somos hermanos y hermanas, hijos e hijas del mismo padre. No hay nada más horrible para un padre o una madre que ver a sus propios hijos desunidos por el odio y la violencia, ver a su familia corrompida.

Esta analogía nos demuestra claramente el efecto del dogma religioso sobre la gran familia universal de la que formamos parte.

Otro efecto de los dogmas religiosos sobre la psiquis humana se da cuando alguien se quiere revelar en contra de lo establecido o a través de la lógica llega a cuestionar cierta creencia arraigada, se fomenta el miedo en la mente humana como un medio coercitivo.

Aunque en ocasiones justifican tales acciones en nombre de “Dios”, nada está más lejos de la realidad que esta afirmación. Generalmente, el dogma religioso es promovido por personas motivadas por la psicología de la explotación, y nada tiene que ver con la esencia misma de la espiritualidad. Tal es el caso de algunas religiones que prohíben o consideran negativa la presencia de las mujeres durante ciertos momentos y en determinados espacios; esto sucede porque si se les diera el mismo status sería más difícil explotarlas y oprimirlas.

La idea de un supuesto infierno -un tortuoso lugar donde arderán por siempre los “infieles” bajo el implacable yugo de un señor mitad humano, mitad cabra – por ejemplo, ha torturado a las personas por mucho tiempo, quienes han vivido atemorizadas con la creencia de que sus malas acciones serán castigadas en un lugar poco deseable; junto con la idea del paraíso y el temor de Dios han hecho que los seres humanos pierdan su equilibrio mental. Todos estos pensamientos paralizan el intelecto y alteran el juicio racional, en vez de permitir su expansión.

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La mente humana posee un amplio abanico de posibilidades, el hombre puede expresar amor u odio, compasión o crueldad, etc. Se podría decir que el paraíso es la mente del ser humano ocupada en actos virtuosos, llena de propensiones psíquicas de naturaleza sublime y trascendental; y el infierno no es nada menos que la mente descontrolada influenciada por las tendencias mentales más burdas del ser humano.

Shrii Shrii Anandamurti menciona que: “La espiritualidad no es un ideal utópico, sino una filosofía práctica que se puede ejercitar y entender en la vida diaria, no importa cuán mundana sea.

La espiritualidad propugna la evolución y la elevación, no la superstición en la acción, o el pesimismo. Todas las tendencias divisorias, y filosofías de grupo o clan que pretenden crear las limitaciones de una mentalidad cerrada, no están conectadas a la espiritualidad de ninguna manera.

Solo se debe aceptar aquello que conduzca a la expansión de la visión”[1].

Como hemos podido percibir, el dogma religioso ha sido uno de los elementos responsables del estancamiento de la sociedad humana, pues crea miedo, frustraciones y supersticiones que no permiten expandir la mente individual. Todos los seres humanos desean llevar una vida armoniosa y segura, teniendo la oportunidad de expresarse y progresar. Sin embargo, el dogma religioso va en contra de estas aspiraciones humanas fundamentales[2].

Lo que los seres humanos necesitamos es despojarnos de todos esos dogmas, éstos son las semillas de nuestra propia auto-destrucción, lo hemos visto en el pasado y actualmente podemos verlo manifestado en su máxima expresión en los conflictos armados en el Medio Oriente entre grupos religiosos, cada uno reivindicando su propia interpretación de “la palabra de Dios”, listos para aniquilar a todos aquellos que se les opongan.

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Podemos luchar contra el dogma religioso a nivel individual y colectivo mediante la educación y formación intelectual que fomente el análisis, la crítica y el libre pensamiento individual, así como a través de un abordaje espiritual firmemente establecido en la racionalidad y con bases científicas. La espiritualidad no puede ser sectaria, por naturaleza es universal, por lo que debemos firmemente rechazar todas aquellas ideas impuestas que dividen a la familia universal de la que formamos parte.

Verdaderos espíritus revolucionarios han expresado con claridad la espiritualidad universal, como el gran sabio y santo indio Kabir:

¿Dónde me buscas, oh, servidor mío?

¡Mírame! Estoy junto a ti.

No estoy en el templo ni en la mezquita,

Ni en el santuario de La Meca, ni en la morada

de las divinidades hindúes.

No estoy en los ritos y las ceremonias; ni

en el ascetismo y sus renunciaciones.

Si me buscas de veras me verás enseguida;

y llegará el momento en que me encuentres.

Kabir dice:

Dios, ¡oh, Santo!

es el aliento de todo lo que respira.

El espíritu de la sociedad humana como familia universal fue claramente plasmado en el siguiente s’loka perteneciente del “Rg Veda” compuesto hace más de 7.000 años:

“Saḿgacchadhvaḿ saḿvadadhvaḿ saḿ vo manáḿsi jánatám,

Devábhágaḿ yathápúrve saḿjánáná upásate.

Samánii va ákútih samáná hrdayánivah,

Samánamastu vo mano yathá vah susahásati”.

“Movámonos juntos, cantemos juntos, conozcamos juntos nuestras mentes.

Compartamos como los sabios del pasado, para que juntos, todos, podamos gozar del universo.

Unamos nuestras intenciones, hagamos uno nuestros corazones,

nuestra mente como una sola mente, y a medida que nos conocemos verdaderamente los unos a los otros, nos volvamos Uno Solo”.

 

Referencias:

[1] Idea e ideología, 7a edición. (Calcuta: Publicaciones de Ananda Marga, 1993).  Srii Srii Anandamurti.

[2] Religious Dogma-Excerpt B. 13 April 1988. Srii Srii Anandamurti.