Los dogmas de la ciencia moderna Parte 1

LOS DOGMAS DE LA CIENCIA MODERNA PARTE 1

Por Amit Goswami y Maggie Goswami

“En este interesante artículo el físico cuántico enumera lucidamente una serie de axiomas de la ciencia realista-materialista moderna”.

 

Física cuántica y la caída de la ontología materialista:

Es de sobra conocido que la ciencia moderna ha arrinconado las tradiciones espirituales y sus principios asociados proporcionando una visión alternativa funcional, que explica los fenómenos sin una ontología espiritual. Lo que no es tan bien conocido es hasta qué punto la física cuántica ha llevado a la ciencia materialista convencional y algunos de sus dictámenes a un callejón sin salida.ísica cuántica y la caída de la ontología materialista:

La ciencia realista-materialista es independiente de la conciencia o de nosotros, ha adquirido los siguientes dogmas en sus trescientos cincuenta años de existencia:

  • Objetividad: el mundo material es independiente de la conciencia o de nosotros, los observadores. Esto fue un regalo del filósofo griego Aristóteles.
  • Determinismo causal: el mundo es una máquina determinada y con la precisión de un reloj. Todo cambio, todo movimiento de un objeto está determinado por sus condiciones iniciales (posición y velocidad iniciales) y las fuerzas materiales que actúan sobre él. René Descartes, que dividió la realidad en mente y materia, anticipó el determinismo. Isaac Newton desarrolló la física subyacente, pero fue el matemático francés Pierre Simon de Laplace el primero en enunciarlo claramente en el siglo XVIII. Laplace escribió un libro sobre mecánica celeste, quizá el primer volumen de su clase que no menciona a Dios como mediación causal. Generó un gran escándalo en la corte francesa, hasta el punto de que el emperador Napoleón quedó intrigado por el asunto. Convocó a Laplace a su corte y le preguntó: “Señor Laplace, ¿por qué no ha mencionado a Dios en su libro?”. Se supone que Laplace replicó: “Su majestad, no he necesitado esa hipótesis particular”.
  • Continuidad: con el determinismo causal vino la hipótesis de la continuidad: todo movimiento es continuo.
  • Localidad: todas las causas (y sus efectos) son locales, lo que significa que se propagan en el espacio a una velocidad finita y en un tiempo finito. En otras palabras, la acción instantánea a distancia es imposible. Einstein descubrió que los objetos materiales obedecen a un límite de velocidad, la velocidad de la luz 300.000 kilómetros por segundo.
  • Monismo material y reduccionismo: todo está hecho de materia (átomos y partículas elementales) y sus correlatos, energía y campos de fuerza, y todo fenómeno tiene un origen material al que puede ser reducido. El físico Richard Feynman dijo que, si todo fuera destruido y tuviéramos la oportunidad de preservar sólo una idea de la civilización científica actual, esa idea sería “Todo está hecho de átomos”. Así de poderosa era su creencia en la idea del monismo materialista”.
  • Epifenomenalismo: toda subjetividad, y la propia conciencia, es un epifenómeno de la materia. Epi significa “secundario”, y epifenómeno se refiere a los efectos secundarios de las interacciones materiales subyacentes, efectos que en sí mismos carecen de eficacia causal. El epifenomenalismo es un claro y necesario vástago del monismo materialista. Todas las causas filtradas a partir de las partículas elementales de la materia comprenden una sencilla jerarquía: las partículas elementales forman los átomos, los átomos forman las moléculas, las moléculas forman las células vivas, y las células (neuronas) forman el cerebro. En cada nivel se activan nuevos fenómenos, pero en realidad son epifenómenos, reducibles a las partículas elementales y sus interacciones; toda causalidad es ascendente.

Señalemos que cada una de estas doctrinas filosóficas es, en última instancia, indemostrable. Por ejemplo, ¿cómo demostramos experimentalmente que todos los fenómenos son fenómenos materiales? No hemos estudiado todos los fenómenos. Algunas de estas doctrinas, como la objetividad, el determinismo y el epifenomenalismo, desafían nuestro sentido común: es innegable que tenemos experiencias subjetivas, es innegable que tenemos conciencia, y evidentemente asumimos – la mayor parte de nuestros científicos lo hacen – que tenemos libre albedrío. A cualquiera de mis colegas científicos que fomenta el epifenomenalismo le formulo la siguiente pregunta: “Si crees ser un epifenómeno, ¿por qué te tomas tan en serio?

Así pues, ¿por qué las personas inteligentes, y los científicos en su mayor parte, se toman en serio estas doctrinas? el éxito de la ciencia y su progenie, la tecnología, está de algún modo asociada a la validez de estas doctrinas. La ciencia moderna emergió de forma principal en Occidente, donde los científicos tuvieron que luchar literalmente contra el dogma religioso para estudiar la naturaleza con libertad. Los supuestos ontológicos que excluían e incluso eran diametralmente opuestos a las doctrinas espirituales surgieron de este estudio. Pero ahora que la ciencia goza de autonomía, ¿por qué continuar luchando cuando la verdad es nuestro objetivo, y no qué dogma es el correcto?

Hemos de abandonar la común aceptación de las doctrinas realistas-materialistas porque, francamente, la mecánica cuántica ha demostrado que algunas de ellas son del todo erróneas y se ha sembrado serias dudas en la validez del resto.

¿Cuáles de las doctrinas que hemos mencionado son absolutamente erróneas? La continuidad, el determinismo y la localidad son los errores.

 

Extraído del libro “Ciencia y espiritualidad – una integración cuántica”.

En los siguientes números de Vistára – expande tu conciencia”, en la sección de “ciencia” estaremos haciendo un repaso de la física cuántica mostrando en qué sentido los principios establecidos de esta nueva física resultan antitéticos respecto a estos dogmas.