El llamado de la Salvia
El llamado de la Salvia
Por: Tracy L. Barnett y Rebeca Rojas
Se escucha el sonido de un caracol llamando a cada participante del XIV Consejo de visiones-Guardianes de la Tierra “El Llamado de la Salvia”.
Cumpliendo su 25 aniversario siendo una convocatoria que se ha celebrado en diversos lugares desde México hasta Brazil. Fue hace 20 años la última vez que se celebró en el estado de Jalisco, en el mismo sitio, la comunidad alternativa de “Teopantli Kalpulli”, en la orilla del Bosque “La Primavera”, cerca de San Isidro Mazatepec, Tala, Jalisco.
Fue el cuarto y último año en Chalmita, Estado de México, el cuarto año desde que líderes del l grupo regresó a México después de emprender un peregrinaje de 13 años a través de Latinoamérica en una eco aldea itinerante llamada la Caravana Arcoíris por la Paz. Después de cuatro años de seguridad en ese valle sagrado, ha encontrado un valle hermano en Jalisco listo para recibir este encuentro multicultural.
La propuesta no es sólo realista sino urgentemente necesaria:
La propuesta que, enfrenta a un mundo de destructivo cambio climático, crisis económica, crimen organizado y devastación ambiental, hay una respuesta. La respuesta no se encuentra en el dogma de una religión en particular, o la plataforma de un partido político, o las brillantes propuestas de nuestra tecnocracia reinante. La respuesta está en los corazones de todas y cada una de las personas sobre la faz del planeta, en particular aquellas que están respondiendo a un llamado global a trabajar juntos para nuestra supervivencia planetaria en este desafiante momento, este tiempo de transición hacia una nueva civilización, respetuosa y regenerativa.
Es por eso que el Consejo de Visiones reúne a personas de toda índole, sin importar nacionalidad, religión, edad, ni creencia.
Estando en el encuentro el ritmo de los días son marcados por el ascendente sonido del caracol, la salida y puesta del Padre Sol y la Abuela Luna.
Se llevan canciones y oraciones que se han aprendido en otros consejos, de esta gente cuyos hogares están en todas partes, pero sobre todo, cerca de la Tierra.
Soñar con un mundo mejor es posible, en cada llamado se nos ha proporcionado herramientas que podemos utilizar para contribuir a la Tierra. En toda una semana se recrea un modelo de Eco aldea, donde todas las personas de diversas tradiciones se reúnen para compartir rezos, cantos, fuego, danzas, risas, y sanaciones: parece una fiesta de colores donde se mezcla para formar un arcoíris, lleno de esperanza, teniendo la firme convicción de que podemos convivir todos como hermanos.
Más allá de una idea hippie es un llamado a todo ser viviente de comenzar a cuidar el medio ambiente, nuestra casa común. Cada vez es más fuerte el deterioro que ha surgido a través de los años en nuestro planeta, pero a la vez, es más fuerte la respuesta entre ciudadanos que ya no lo aguanta. Ya hemos comenzado, tomando acciones pequeñas desde nuestro hogar, retribuyendo a la tierra lo mucho que nos ha dado. Ahora es el momento a juntar mejorar esfuerzos. En el Consejo podemos aprender diversas técnicas para llevar a cabo formas de cuidado, hacer huertos, permacultura, tratamiento de agua, separación de residuos entre otros.
Este encuentro multidisciplinario vincula a la vez el impacto social en el desarrollo de cada individuo se aprende a convivir en comunidad lo cual es un reto como ser humano se da la oportunidad en este experimento social de conocer más nuestro propio ser a través del reflejo de las personas que comparten con nosotros un mismo fin, “el crear un mundo mejor”.
Los niños y los jóvenes se reúnen en sus propios consejos, como lo han hecho por décadas, el último año sucedió algo maravilloso: un consejo de Ancianos fue puesto en marcha por un puñado de los miembros mayores del Consejo de Visiones, y ellos crearon un nuevo espacio para ceremonias, conversación y consulta para gente de todas las edades, un tipi con un altar resplandeciente en su corazón fragante a copal. Una pareja incluso selló su vínculo ahí, en una boda dentro del tipi del Consejo de Ancianos.
Los abuelos con su corazón abierto convocan a que cada uno miremos dentro de nuestro corazón y descubramos nuestro propio latir lleno de respuestas.
Varios consejos comparten talleres, presentaciones y otras actividades en el pueblo cercano a la sede, en el pasado donde Chalmita era el anfitrión: Laura Kuri, fundadora del Movimiento Biorregional en México y Latinoamérica, dirigió un taller para discutir la importancia especial de esta región, el Bosque de Agua, la exuberante y sumamente diversa selva que recarga los 20 mantos acuíferos que proveen la mayor parte del agua para los 29 millones de habitantes de la Ciudad de México. En sesiones de trabajo que incluyeron a activistas veteranos y principiantes invitados de comunidades vecinas, los participantes trabajaron juntos para crear un plan para un sistema de drenaje que no contamine este recurso vital. Esta vez, nos toca dos mesas redondas en el pueblo de San Isidro Mazatepec, para trabajar los dos temas sumamente vinculados, el Bosque La Primavera y el Cuidado del Agua.
Cada noche al finalizar las actividades de cada consejo, cuando cae el atardecer y el sol besa las montañas, mientras que la luna comienza a comerse la noche a besos, se escucha el ritmo del escenario llevado a cabo por el Consejo de Arte y Cultura, artistas visuales, cantantes, poetas, elevan sus canto a la Tierra y comienza la fiesta vistiéndose de gala con grandes en la escena musical mexicana.
El arte florece en cada esquina del evento, desde los coloridos anuncios afuera de los baños composteros (“en este sitio sagrado regresamos los regalos de la Madre Tierra”), pasando por los atuendos multicolor de los participantes, los menús internacionalmente inspirados del personal de cocina, recordando como Luix Saldaña, músico residente de Malinalco y antiguo coordinador del Consejo de Arte y Cultura, exhortando a la multitud en el espectáculo de clausura dijo: “Siempre recuerden, tiempo es arte” – frases como estas quedan plasmadas en la fibra de la esencia en cada persona presente.
Además de los talleres, se requiere el asunto de mantener el campamento– una responsabilidad de todos, ya que es un evento auto-organizado sin fines de lucro.
Cada participante es responsable de tomar turnos de trabajo para cocinar, limpiar, y fortalecer el arte de la comunicación efectiva.
Verse a través de los ojos del ser vivo que está enfrente de ti, mientras se une el corazón en unísono cantando una misma melodía alrededor del fuego, tambores, guitarras, risas, son cómplices de las noches en las que nos reunimos para compartir la alegría de la existencia.
Cada momento es único e irrepetible y si recordáramos eso a cada instante hiciéramos de nuestra vida un ritual, el Consejo de Visiones es el recordatorio de esta bella existencia, es una muestra de todo lo que se puede vivenciar en nuestra vida, de esa conexión que se puede sentir por otro ser humano.
Vamos a estacionarnos en comunidades que han ido siguiendo el sueño sustentable; comienza a latir el corazón respondiendo al llamado ahora toca el turno de Teopantli Kalpulli, San Isidro Mazatepec, la salvia sanadora nos espera, en conjunto con los árboles que son firmes compañeros de los atardeceres pintados de múltiples colores en el cielo, mientras la brisa del viento se siente en el rostro que a su vez acompaña al cabello en una danza de movimiento.
Suena el caracol…
* ¿Quieres saber más acerca de este maravilloso proyecto? Te invitamos a que explores su página web: www.consejodevisiones.org